Lo hacemos todos, normalmente en la sobremesa, o el el café o en el pasillo de las oficinas; sí, todos somos entrenadores de nuestro equipo, cuestionamos hasta la altura del césped en los estadios, la hora en la que juegan, y, sobre todo, cuestionamos la estrategia y la táctica, la alineación o el orden al bat. ¡Pues sí, todos somos entrenadores!
Pero también somos secretarios y presidentes y gobernadores, (diputados y senadores no tanto porque en este país no hay profesión más despreciada que esa); el caso es que todos los días dedicamos un tiempo considerable a criticar y a quejarnos de la corrupción, de los corruptos, del robo en despoblado que resultan las cajas recaudadoras del estado (que no son pocas, ni baratas); ¡y claro! se nos olvida que en la vida política del país nosotros (se supone, se espera, se desea, se sueña) debemos de ejercer el mayor poder y responsabilidad: la de ciudadanos.
Y ese es el primer paradigma que debemos cuestionar, el del ciudadano; ¿por qué lo hacemos sólo tras bambalinas? ¿por qué no lo hacemos de forma oficial? ¿por qué debe el ciudadano estar organizado y agrupado con otros para ser escuchado? Si el voto es individual y si el pago de impuestos lo hace de manera personal, no veo yo la necesidad y la lógica de que sus propuestas y sus reclamos y sus gestiones en política pública tengan que ser juntando miles de firmas y apoyos. Esas propuestas y candidatos independientes terminan antes de iniciar.
En temas de seguridad, ¿de verdad jugando a las pistolitas vamos a conseguirla? ¿por qué no combatir la inseguridad por la vía de la generación de empleos? Con que se invierta (nótese que es invertir y no gastar) la mitad del presupuesto de seguridad en programas reales de emprendimiento y aceleración de empresas tenemos.
Y con la recaudación, ¿es en serio que cada año deba de existir un galimatías o una torre de Babel fiscal? ¿No podríamos preguntarnos si no es suficiente cobrar un impuesto fijo a todos parejo (más bajo por supuesto) que tase ingresos y consumo? ¿Por qué hay deducciones? ¿Y si las eliminamos al 100%? ¿O si únicamente se puede deducir la inversión en empresas nuevas que no sean propias, es decir, en apoyo a emprendedores?
En el rubro de los servicios públicos, ¿por qué no eliminar el ridículo sistema de bacheo? Pavimentemos bien a la primera, aunque sean menos calles y más lento; en energía, ¿por qué no se incluyen paneles solares por defecto en todas las construcciones? Su costo es mucho menor así; ¿qué les parece la conectividad preinstalada, como el agua, gas y electricidad? Y, ya entrados en gastos, ¿por qué el servicio de transporte público tiene que ser vía concesión? ¿Por qué no dejar que la oferta y la demanda funcionen bajo un reglamento ad-hoc y perfectible?
En trámites, ¿por qué tenemos que entregar documentos que el gobierno ya tiene? ¡Es ridículo, ofensivo y caro! ¿por qué no puede ser una sola placa en los automóviles? ¿por qué no puedo pagar en cualquier ventanilla pública lo que sea que deba pagar? ¿por qué no tramitar todo digitalmente? ¿por qué el horario de los funcionarios es el mismo que tienen los ciudadanos y así deben faltar a su trabajo para gestionar algo?
En partidos políticos, ¿por qué las multas cuando hacen trampa es con dinero, que además es nuestro? ¿Por qué no en votos? ¿Por qué no dejar que hagan campaña todo el tiempo que quieran, pero sin dinero público? ¿Por qué darles dinero público? Recordemos que es para que no haya tráfico de influencias, ni dinero negro, ni se rebasen topes de campaña y que todos participen equitativamente, mismas cosas, todas, que no se cumplen aunque nos hemos gastado la riqueza entera del país en ellos; ninguna se ha logrado. ¡Ninguna, ya dije!
En educación, con nuevo modelo o no, ¿por qué no tener funcionarios públicos que sepan de educación? Es más, ¿por qué no poner requisitos mínimos profesionales para todas las carteras y dependencias públicas? Ya estuvo bueno de todólogos. Pero, en educación, ¿por qué tiene que ser pública o privada al 100? ¿por qué no  público-privada? ¿por qué los horarios son los que son? ¿Por qué no todas las escuelas de tiempo completo, cueste lo que cueste? ¿por qué enseñar la historia de atrás para adelante? ¿Por qué enseñar los contenidos por separado? ¿Por qué los grados son por edades y no por capacidades?
En salud, ¿por qué no un único sistema público de salud? ¿por qué no un único expediente clínico? ¿por qué no una cruzada especial para promover empresas y servicios de telemedicina, digamos, por diez años?
¿Por qué la discriminación positiva para mujeres, ancianos, indígenas, discapacitados, LGBT y demás grupos? ¿Por qué no mejor hacer cumplir el primero constitucional igualitamente igual para todititamente todos? ¿Por qué no dejamos de pedir/hacer nuevas leyes y empezamos a derogar todas las inservibles? ¿Por qué buscamos drogas y personas en los trayectos sur-norte (o sea rumbo a EUA) y no buscamos dinero y armas en el regreso?
Como seguramente han podido darse cuenta, este artículo no tiene absolutamente ninguna solución, ninguna respuesta; sólo preguntas, y ese es precisamente el resumen, ¿por qué no nos preguntamos seguido por qué? Dicen que todos los paradigmas tienen su razón de existir, y es cierto, pero también es cierto que todos tienen una misma razón para desaparecer, y esa es que su entorno y condiciones cambian, y el México que vivimos ya no es, desde hace mucho, el México que existía cuando todos los paradigmas anteriores se instalaron; ese México ya no es, y el de hoy requiere nuevos paradigmas, nuevas soluciones, aunque sean las mismas personas.
Y, ¿por qué no compartir estas preguntas con tu legislador y tu gobierno en vez de darle nomás un like y rápido scroll? ¡Los reto!